¿Por qué a los perros les gusta tanto tomar el sol?
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Todos los que convivimos con un perro sabemos lo mucho que le gusta tumbarse al sol en verano. Un comportamiento que nos resulta muy curioso, sobre todo cuando las temperaturas son elevadas y el animal se tumba en la única zona de la casa donde da el sol. Pues bien, existen varias razones por las que a los perros les gusta tanto tomar el sol.
Una de las más importantes es que mejora de forma notable su descanso. Del mismo modo que ocurre en los humanos, la luz del sol favorece la segregación de melatonina en los canes, la hormona que regula el ciclo del sueño. Por lo tanto, cuanto mayor sea la segregación de melatonina, los canes gozan de una mayor calidad del sueño.
La vitamina D es muy importante para el adecuado funcionamiento del organismo de los perros, y esta es una de las razones por las que les encanta tomar el sol. En el caso de los más ancianos, la vitamina D reduce el dolor que sufren en las articulaciones por enfermedades como la artritis y la artrosis.
La vitamina D mejora de forma notable la salud de los canes y el desarrollo de los huesos. Además, ayuda a la eliminación de toxinas y fortalece el sistema muscular. Muchas veces, cuando los canes están tomando el sol, observamos cómo se lamen las patas.
Esto lo hacen por un motivo muy lógico. En los perros, la vitamina D no se absorbe de forma directa porque el pelaje hace efecto barrera. Necesitan transformarla en aceite para que llegue a su organismo, lo que se consigue con lamidos.
Golpe de calor en perros
A los perros les encanta tomar el sol, pero debemos tener mucho cuidado porque son mucho más sensibles que los humanos al calor. A diferencia de nosotros, no tienen glándulas sudoríparas repartidas por todo el cuerpo, sino que sólo tienen tres mecanismos para expulsar el calor: el jadeo, el sudor en las almohadillas y las zonas con poco pelo.
Los principales factores de riesgo para que los canes sufran un golpe de calor son: altas temperaturas, espacios reducidos como el coche o el balcón, falta de sombra… Los síntomas más comunes son la respiración forzada y rápida, la dificultad de movimiento, la alteración de la salivación y el tambaleo.
Los perros deben tener a su disposición agua fresca y limpia en todo momento, y permanecer en espacios ventilados, amplios y con sombra. Hay que darles de comer a primera y última hora del día, así como evitar que haga ejercicio intenso.
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